martes, 17 de abril de 2007

Biobibliografía

Cusco, 1983. Formó parte del Círculo Poético Enroque. Dirige Urbanotopia.

Producción poética

LOS AMIGOS CON EL tiempo
Cambiaron de costumbres y de plumajes.
Ya no subía aquel antiguo encadenado
A escuchar los insultos de las barcas, huyendo
Bajo los puentes. La ronda giraba solitaria.
La novia ya no era de agua.
Un nido de espectros sentados
En las ramas de los árboles, frutos de un invierno
Cada vez más largo, ocupaba su lugar.
Mi viejo saco me ajustaba sus remiendos
En los hombros en las costillas en díastoles:
Fue mi humilde presente para el único gitano
Que quedaba bajo la carpa de nuestro circo.
Se sabía muy poco de los antiguos amigos.
“Arrojaron su verde plumaje a los pozos
Donde abrevaba el pueblo, y la gente murió de amor.”

Fue así que con el tiempo me enteré
Como el camino desnudo se arropó de palabras
Y de jóvenes mares creidos de haber inventado
Nuevas formas de cosechar arroz.
“El corazón se les encogió hasta su cáscara
Y hay perros que los tienen por tótem.”


***

ASÍ TE ENSEÑÉ LOS pequeños secretos del mar
De las cosas del mar. Sabrás que entregar el corazón
Es recibir y es verdad. Responde con la verdad
Y cumple tu palabra. Tal vez para eso existan
Las palabras. Y amar es una palabra.

Cumple con tus palabras y no caerás en penosos viajes
De vuelta a casa. Pero hasta la roca más dura
Para sobrevivir necesita ser junco y saber esperar.
Solo a veces estar sentado es esperar. Otras veces
La rueda cuesta arriba es esperar. Pero no te apures,
Puede que todo se vaya: te quedará el mar.
O puede que yo me vaya: te hará compañía la soledad
Del mar. Así sabrás contemplar cada puesta de mar.
Esa es la última puesta para mirar. Y como las sombras
Sé mitad miedo mitad mito y mitad misterio.

Sabrás como cada pequeño ritual
Es un decir gracias y un pedir disculpas.
Por eso has de todos tus actos pequeños rituales.

Este es mi ritual para ti, lleno de plumas
De andes de mar. Así te enseñe todo
Cuanto sabía de la mar. Sonríe. Navega. Confía.


***

EN PARTE SÉ QUE mientes.
Hoy he visitado la casa del abuelo y lo he visto
Juntar hojas secas en el centro del patio.
Fumaba un cigarrillo haciendo concesiones
A la nostalgia. Encendió aquellas hojas muertas
Hijas de los hijos de sus hijos. Mientes.
El fuego fue creciendo en el vientre
De aquellas muchachas tan dispuestas
A sonreír y cantar si alguien las acariciaba
Y dejaba su cuerpo húmedo cada mañana.
Nos sentamos a mirar la hoguera y, antiguas sombras
Invadieron nuestras escamas. Sentí que él quiso
Espantarlas con sus manos pero se quedó ahí,
Arreando su silencio. Al rato me pediría
También en silencio atizar las brasas
La hoguera del patio, acomodar hojas
En mis manos. En realidad yo del fuego poco sé.
Él me enseñó y también sin quererlo
Se escondió del otro lado del fuego.
A veces jugabamos a escondernos.
Ha dejado desconsolada a la patria
Y a nuestro hogar, regado por todas partes.


***

EL SONIDO DE NEÓN de los bares
Se ha bebido mi juventud en las rocas
Y abrió la risa en los rostros
Hasta la mueca
Cocida de la muerte. Eras inocente
Y te condenaron. Eras culpable
Y el señor juez vendió sus ojos
Por ver los secretos de mis territorios
Y, algunas horas detrás del escenario.
¡Bah, que lo disfrute!
Pero no puedo dormir más tranquilo.
Te aparecesen mis sueños, soñando sangre. Es extraño
Arrojarte del sueño entre el claxon de los semáforos
Disfrazado con lencería fina y brazos suaves
Como un muchachito tímido de ausencia.
Eras inocente y vendieron tu alma al pueblo
Que reclamaba el infinito amor de un padre obeso y calvo,
Lleno de anécdotas a blanco y negro. Eras inocente
De los asaltos que disfrutamos juntos, de las heridas
En las paredes de los mercadillos. Eras culpable
Y te reíste mientras abrazabas a tu muerte
Y le invitabas mi juventud en las rocas y una cena
En nuestra casa. “Si te quito los ojos es por tu bien.
Crecerán de nuevo. Y serán hermosos
Sus reflejos por las tardes”, antes de correr
A abrir nuestros bares y cerrar los sueños
Sobre un cuerpo corrompido,
Hediendo detrás del escenario.